A lo largo del tiempo uno aprende cosas de si mismo. Muchas veces podemos pasar de puntillas sobre ese aprendizaje, en ocasiones, podemos pararnos a pensar un rato en el cambio que puede suponer ser consciente de eso que hemos aprendido y, muy escasas veces, nos damos cuenta que ese aprendizaje puede cambiarnos la vida. Uno de esos últimos momentos que acabo de describir, para mi, fue aquel en el que descubrí que me encantaba aprender cosas nuevas; me apasiona descubrir ámbitos de conocimiento de los que no tengo ni idea y sumergirme hasta que el cuerpo aguante.

Afortunadamente nací suficientemente tarde para tener acceso desde joven a Internet y suficientemente pronto como para saber valorar los recursos que la red de redes pone a nuestra disposición (los que han hecho un trabajo sobre Yugoslavia con la Gran Larousse saben de lo que hablo). En el momento de la historia de la humanidad en el que más información tenemos a nuestro alcance , hace tiempo que tenemos entre nosotros los llamados MOOC. Para aquellos que no estén familiarizados con el término, MOOC significa Massive Open Online Course y, realmente, la mayoría de estos cumplen con el concepto inicial: cursos abiertos a todo el mundo (sin restricciones para acceder a ellos, no gratis) y a través de la red. Buscando por Internet se pueden encontrar cursos de todo tipo de formato y temática y por encima de todos los sites que ofrecen este tipo de cursos, uno destaca por encima del resto: Coursera.

Coursera seguramente no fue el primero en llegar -no lo se- pero ha hecho de los MOOC lo que son hoy en día. En una red con un montón de información disponible, Coursera se limitó a ofrecer cursos, bajo mi punto de vista, con un cierto nivel de rigurosidad en cuanto a programa y estructura (no valoro el contenido porque he realizado pocos cursos) y, lo más importante, ordenados por diferentes parámetros. Los cursos de esta plataforma gozan de foros de discusión para que los alumnos puedan interactuar entre ellos y con el staff del curso, una plataforma de recursos audiovisuales que nunca me ha fallado, un sistema de tests on-line muy interesante (cambia el orden de las preguntas, las respuestas disponibles y otros aspectos en función de las veces que has intentado pasar el test) y, desde hace poco, de una aplicación oficial para dispositivos móviles. Es una plataforma con la que uno se siente a gusto y que anima al estudiante a terminar el curso y inscribirse en otros solo por el placer de APRENDER.

Genial ¿verdad? Una plataforma que provee conocimiento y en la que profesores y alumnos pueden interactuar de igual a igual, con un despliegue de medios físicos que hace que los cursos puedan tener todo tipo de material y que los alumnos no tengan que recurrir a otras plataformas para complementar. Fantástico… pero… desde el punto de vista empresarial… si los cursos son gratuitos, no hay publicidad, no venden tus datos… ¿¿Cómo se mantiene?? Gran pregunta.

La plataforma construida alrededor de Coursera es impresionante, solo hace falta entrar en la plataforma en espacios razonables de tiempo (6 meses quizás) para entender que las mejoras se suceden una tras otras, siempre con el aprendizaje y la transmisión de conocimiento como objetivo. Eso es algo que las personas que hayan tenido que implementar aplicaciones de este tipo saben que es muy costoso, pero Coursera nació con ese objetivo en mente, si funcionaba la monetización ya llegaría… y lo hizo en forma de certificados que aseguran que la persona que ha realizado el curso es la que se ha examinado en las diferentes evaluaciones y la colaboración con centros educativos que ofrecen parte de su programa a través de ellos. Los certificados funcionan pagando el estudiante una cantidad, proveyendo una identificación (en mi caso el DNI) y luego realizando los tests con una máquina con teclado y webcam, para certificar que la persona que realizaba el test era la misma. Ignoro el funcionamiento con los centros con los que colaboran, pero supongo que son los centros los que pagan una parte por cada alumno, no se como funciona exactamente así que no especularé más de la cuenta (aunque me encantaría saber realmente cual es su modelo de colaboración).

Desconozco los resultados económicos de Coursera pero me encanta el concepto de “vamos a crear algo realmente genial, si funciona conseguiremos que sea viable”.

En lo personal, he terminado dos cursos en Coursera y he pagado por el certificado en uno de ellos (cuando realicé el primero la opción aun no estaba disponible, pero habría pagado también). Los resultados han sido inmejorables, hasta el punto que creo que he recomendado los cursos a cuantas personas haya hablado de ellos. Y es en el ámbito personal dónde he encontrado la motivación necesaria para ponerme hoy delante del teclado, porque Coursera no es la única plataforma en la que he realizado este tipo de cursos. También he tenido mis experiencias con BMOOC y MiríadaX y la mentalidad detrás de estas plataformas me ha dejado un sabor de boca… diferente.

Por un lado BMOOC es una plataforma basada en WordPress que se presentó en un estado muy temprano de su desarrollo. Lejos de criticar su valentía a la hora de decidir ofrecer este servicio con un nivel de madurez bajo, creo que la decisión de ofrecer una primera versión más o menos usable a los usuarios interesados puede resultar positiva si se gestiona de forma correcta. Lo que menos me convenció de la plataforma fue que el proceso de aprendizaje es simplemente a base de vídeos de YouTube y un test final. El test final tiene cierta “inteligencia” y es capaz de cambiar por si solo, pero una vez superado el test se requiere el pago de cierta cantidad para la obtención de un certificado, y ya está. Un certificado de pago, sin ningún tipo de control sobre la persona que ha realizado el test, sin ningún seguimiento durante el curso, nada. Solo los vídeos de YouTube y un test para llevarte a la pasarela de pago (de hecho, si no pagas el resultado del test no se guarda por si quieres pagar a posteriori). Muy mal sabor de boca.

Como ya he comentado, entiendo que es necesario salir al mercado con productos que aun tienen un largo recorrido y que alguna de las funcionalidades aun no están presentes… pero no entiendo como puedes intentar hacerme pagar por un certificado de una plataforma que, de momento, no conoce mucha gente y que, además, está claramente incompleta. Si el interés era ofrecer los cursos, había otras plataformas preparadas que hubiesen estado encantadas de alojar el contenido y, si el objetivo es tener una plataforma para MOOCs propia, podrían haber esperado antes de intentar hacerme pagar por un certificado que a día de hoy tiene muy pero que muy poco valor.

La última experiencia con un MOOC a sido a través de MiríadaX. Esta plataforma tiene un grado de madurez mucho mayor que BMOOC pero la filosofía viene a ser la misma. Pueden haber foros de discusión para los cursos y la plataforma se nota que es mucho más robusta que en el caso anterior, pero una vez finalizado el curso con pagar hay suficiente. Lo siento señores, aunque los contenidos que me hayan transmitido puedan valer (o no) la pena, no pienso pagar un euro por un certificado que no certifica en ningún caso que he sido yo el que ha superado el curso. El método de Coursera no es infalible y, las personas que quieran hacer trampa, lograrán hacer trampa pero por lo menos tengo la sensación que se preocupan en que todas las semanas haya la misma persona delante del ordenador contestando las preguntas y realizando un seguimiento. ¿Es perfecto? ¡Por supuesto que no! Pero no me hacen sentir como si hubiese estado 10 horas delante de YouTube y que  solo con pagar un puñado de euros parezca que he aprendido algo, Coursera es una experiencia por la que pago antes de empezar el curso y con el riesgo de no obtener el certificado, los otros -de momento- son aulas vacías con un proyectos en marcha.

Primero construye algo increíble y deja que los usuarios quieran pagar por ello. Al revés no funciona.

 

Foto de Benson Kua CC-BY-SA 2.0